lunes, 14 de junio de 2010

Cómo poner una imagen definida por el usuario de fondo en el blog

1. Ir a diseño de la plantilla. Después clic en Edición de HTML (no Expandir plantillas de artilugios) y buscas lo siguiente:

body {
background:$bgcolor;
...
}

2. Tendrás que agregar después de background:$bgcolor lo siguiente (lo que está de color azul):

body {
background:$bgcolor url(http://Aquí la direción de la imagen) fixed no-repeat top left;
...
}

Explicación:
- El valor no-repeat, la imagen no se repite. Además podemos cambiarlo por otros valores como repeat-x, repetirá la imagen horizontalmente mientras que el valor repeat-y, repetirá la imagen verticalmente y si se especifica repeat, la imagen se repetirá horizontal y verticalmente.
- El valor fixed, la imagen se desplazará con el contenido o será fija.
- El valor top left, la posición de la imagen.

Nota: La imagen debe ser grande, tipo wallpaper, el cual tienen un ancho de 1024 pixeles (px) y un alto de 685 px aproximadamente.

Subir un archivo pdf a blogger

Utilizando la herramienta de google analytics, he visto que era bastante la gente que llegaba proporcionalmente al sitio en busca deesta información, así que he creído que lo más adecuado era crear un post que diera respuesta a una pregunta común generada por mucha gente.

Es más la respuesta es bastante simple. NO SE PUEDEN SUBIR ARCHIVOS PDF A

BLOGGER. Blogger permite subir imágenes pero no archivos pdf. Para subirlos se ha de usar un espacio adicional. Por ejemplo googlepages puede ser una buena opción para archivos de poco tamaño. En mi caso, por ejemplo, utilizo el espacio que la fib nos da a los estudiantes para subir los diferentes archivos pdf de prácticas u otras cosas que ofrezco a los visitantes.

Tal y como explico en los comentarios, una de las maneras de hacerlo es utilizando googlepages. Debido a las peticiones he hecho un tutorial sobre como utilizar googlepages y linkar archivos de blogger.


Para utilizarlo es necesario disponer de un blog y de una cuenta degooglepages.

[texto extraído de http://www.oscargp.net]

domingo, 13 de junio de 2010

The Light of Life

Prueba 2

Estas generaciones son producto de la democracia parlamentaria parida por la Santa Transición y, en particular, formateadas por un sistema educativo que responde al diseño postmoderno de la Pedagogía triunfante, cuyo fracaso ya ha sido constatado en otros países europeos, así como al auge de los medios de comunicación pletóricos (masivos)

Los espíritus bienpensantes se escandalizan por la «violencia» desatada entre menores de una zona de Madrid de renta elevada y la policía. Cabe suponer que no sería tanto su escándalo si se tratara de un extrarradio deprimido, en cuyo caso las explicaciones derivarían hacia la «precariedad», la «exclusión social», cuando no directamente hacia el «conflicto político» (vasco), a juzgar por ejemplos precedentes. En todo caso, no estará de más resaltar cómo los ataques de santa indignación afloran siempre demasiado tarde o demasiado desenfocados.
Una revuelta callejera de sujetos en edad escolar contra agentes de la policía suele formar parte de los ritos de iniciación que determinados grupos de edad exigen. Más allá de lo daños personales y de las molestias que ocasionan para los contribuyentes, es claro que el caso es un síntoma de un problema mayor. La herida supura y es entonces cuando se presentan declaraciones solemnes y más o menos dramáticas. Hasta entonces, nada.
Pero una juventud nacida en una sociedad opulenta y ociosa (sin perjuicio de que algunos sujetos en particular dispongan de menos recursos materiales que otros), sometida a un sistema educativo inexistente en la práctica, que los retiene, sin exigencia académica alguna, durante un periodo de su vida y durante unas horas al día, que no les ofrece nada parecido a una formación de calidad y que, en su lugar, construye la ilusión jurídica y mediática de una libertad vacía (la metafísica libertad de elección o libertad de consumo, que no es más que mera indiferencia por ignorancia), ejerce su hastío y el afán de rebeldía generacional en los rincones que el sistema, no disciplinar sino ya de control y efebolátrico, en el que no aparece constricción explícita relevante a sus deseos, les deja: el botellón. Sin un mínimo de conocimiento histórico, político, filosófico, la autoridad aparece meramente como la fuerza que se opone a la diversión de fin de semana. No seré yo quien se oponga a la defensa de los placeres. Pongo en duda, sin embargo, la calidad de ciertos placeres (según la línea de Epicuro y Lucrecio) y, fundamentalmente, me veo en la obligación de analizar las causas de este fenómeno, que es sintomático, no esencial.
Estas generaciones son producto de la democracia parlamentaria parida por la Santa Transición y, en particular, formateadas por un sistema educativo que responde al diseño postmoderno de la Pedagogía triunfante, cuyo fracaso ya ha sido constatado en otros países europeos (por ejemplo, Suecia, caso ejemplarmente estudiado por Inger Enkvist), así como al auge de los medios de comunicación pletóricos (masivos).
El marco jurídico que el paradigma LOGSE constituye, y que la LOE no remedia, produce oleadas de sujetos sin cualificación pero que tienen a su disposición el tiempo «libre» (vacío) y los bienes materiales que no se han ganado en su mayoría, y esto no por una especial maldad o inutilidad generacional, sino porque son producto de un sistema legal y material que convierte en excepcional cualquier otra opción y que los condena a una ignorancia autosatisfecha y demagógica en función de la cual cualquiera puede opinar (y llevar sus opiniones hasta la agresión a los semejantes) sin necesidad de conocimiento alguno. Esos periodos de tiempo muerto que los jóvenes pasan en entidades escolares de tránsito, en las que no tienen nada que hacer, que prorrogan en sesiones completamente inútiles y, en consecuencia, contraproducentes para sí y para los demás el acceso a un puesto de trabajo cualificado, empujan literalmente a fenómenos como el que comentamos. El botellón no es, en sí mismo, mejor ni peor que otros ritos iniciáticos de grupos de edad de otras épocas. Es, eso sí, el síntoma de una enfermedad social que ningún responsable político parece realmente dispuesto a afrontar y que no se resuelve con medidas voluntaristas ni buenas intenciones, del tipo «ocio sano». Cuando hasta en las escuelas ayuntamientos se habilitan espacios para los grafittis y las manifestaciones antisistema, convirtiendo en legal lo que no lo era, a la sobreabundancia de rebeldía juvenil, anestesiada por estos dispositivos de la sociedad de control, se le han arrebatado los obstáculos contra los cuales erigirse y, en consecuencia, se manifiesta eventualmente por otros canales.
El sistema educativo vigente resulta hasta tal punto esquizofrénico que produce simultáneamente individuos sin más convicción que la del weekend y las drogas al alcance de cualquiera, además de los clichés ideológicos de moda, y perfectos fanáticos en la periferia estatal (esa especie de hitlerjugend de los nacionalismos étnico-lingüísticos). Los primeros se construyen la identidad que la instrucción y la formación técnica o académica no les proporcionan, por no tener entidad, en los parques de las ciudades (como el protagonista de Quadrophenia). Los segundos son constructos ideológicos de un adoctrinamiento sistemático. De ahí que presentar lo de Pozuelo como una variante de la kale borroka implique, cuando menos, una falta de rigor, pues omite la diferencia causal de ambos fenómenos. Pero, al mismo tiempo, justificar el segundo, por ser producto de un supuesto conflicto territorial y estar basado, por tanto, en unos «principios» para privilegiarlo con respecto al segundo, ayuno de «principios» y alimentado por el mero entretenimiento, es demagogia barata.

Prueba 1